El Té y sus beneficios para nuestra salud
El té es la segunda bebida más consumida del mundo después del agua, según el estudio ‘Tea Fact Sheet 2017-18’, de la Asociación Estadounidense del Té. Según este informe, solo durante 2017, los norteamericanos consumieron 84.000 millones de raciones de esta bebida, lo que se traduce en 3.800 millones de galones (más de 14.380 millones de litros).
Pero, además de popular, surgen varias preguntas: ¿es sana esta bebida? ¿En todas sus variedades? Lo cierto es que existen múltiples investigaciones sobre sus beneficios para la salud.
Corazón ‘fuer-té’
El modelo de alimentación saludable ‘The Healthy Eating Plate’, elaborado por la Universidad de Harvard, en Massachusetts (EE. UU.), incluye el té como una de las bebidas saludables por excelencia. Asegura que el consumo diario de té verde o negro reduce el riesgo de padecer enfermedades cancerígenas o apoplejía.
De otro lado, la también estadounidense revista médica ‘Biochem Pharmacol’ considera el té verde una bebida beneficiosa para la salud, en parte debido a su contenido alto en la catequina epigalocatequina-3-galato (EGCG).
A la EGCG se la considera, de acuerdo con la misma fuente, agente antitumoral que beneficia la respuesta de las células tumorales ante la quimioterapia.
Además, información publicada por el ‘European Journal of Preventive Cardiology’ desvela que la EGCG puede prevenir enfermedades cardiovasculares y cerebrales, tales como derrames, arteriosclerosis, trombosis o ataques cardíacos gracias de sus propiedades beneficiosas para el flujo sanguíneo.
Otros estudios, de nuevo del ‘European Journal of Clinical Nutrition’, indican que el té negro reduce el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. Además, en ‘News Medical’ se relacionó el consumo de té con el alivio del dolor e inflamación propios de la artritis reumatoide.
‘Men-té’ sana
La prestigiosa revista ‘Psychopharmacology’ ha publicado los resultados de otra investigación llevada a cabo por el Hospital Universitario de Basilea (Suiza) que relaciona el té verde con un aumento de la conectividad entre la corteza frontal y parietal del cerebro. De acuerdo con dichos resultados, el té verde podría ser beneficioso en los tratamientos para el deterioro cognitivo relacionado con trastornos neuropsiquiátricos (por ejemplo, la demencia).
En la publicación ‘Biological Psychiatry’ se afirma que los polifenoles del té protegen las células relacionadas con la dopamina, y lo relacionan con la prevención del párkinson.
A esta lista de beneficios se añade la información que ‘The Journal of Neuroscience’ y ‘Journal of Agricultural and Food Chemistry’ publicaron atribuyendo a la EGCG propiedades para prevenir el alzhéimer.
Un estudio de la Universidad Penn State (Estados Unidos) desveló que la EGCG ralentizaba la ganancia de peso en las dietas ricas en grasas. “El té verde hace que ganemos peso más despacio. La EGCG no solo reduce la absorción de grasas, sino que aumenta la capacidad de usarlas”, explica Joshua Lambert, experto en alimentación.
Pócima de la juventud
El ‘Journal of Integrative Medicine’ de China llevó a cabo un estudio acerca de las propiedades digestivas y aceleradoras del metabolismo del té azul. Y los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Maryland concluyeron que su alto contenido en antioxidantes lo convierte en un excelente adelgazante.
Esta última investigación también atribuyó al té azul propiedades para prevenir el envejecimiento y mantener una piel joven, algo que también se relaciona con el consumo de otro té, el blanco: según un estudio de la Universidad de Kingston (Inglaterra), ayuda a la producción de elastina y colágeno (proteínas que evitan la formación de arrugas). “El té blanco ayuda a reparar los tejidos del cuerpo y a frenar la flacidez de la piel”, afirma el director del estudio, Declan Naughton.
En definitiva, no parece haber mejor bebida que el té para ‘beneficiar-té’ en distintos aspectos de la salud.